El 19 de junio de 2008, la NASA confirmo un secreto a voces: el planeta Marte albergaba agua . Los científicos estaban convencidos de ello, y es que así lo determinaban multitud de estudios previos, pero faltaba la prueba física.
Análisis posteriores determinarían que el suelo marciano en el que aterrizó la Phoenix era alcalino, con un pH (acidez) de entre 8 y 9.