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"EL LIBERALISMO EN EL SIGLO XVIII"
Que como parte de la Asignación del Curso de Religión, presentó la alumna:
BLANCA STEFANY VILCA CALDERÓN
3"E" - 2013"
La ambigüedad que a menudo se observa en el uso del término liberalismo procede, muchas veces, de una confusión — a veces intencionada, a veces involuntaria — entre las tres dimensiones principales de la tradición liberal: La política, la económica y la antropológico- filosófica. Sin embargo, no es fácil decir si la aceptación del liberalismo ha de ser una cuestión de todo o nada. En nuestros días es posible contemplar cómo algunos teóricos liberales muy relevantes encuentran plenamente razonable el liberalismo político, pero no se sienten inclinados en absoluto a aceptar la totalidad de los postulados que se suelen presentar como liberales en el plano de la teoría económica o en el de la antropología filosófica.
El liberalismo clásico o primer liberalismo es un concepto usado para englobar las ideas políticas que suceden durante los siglos XVII y XVIII, contrarias al poder absoluto del Estado y su intervención en asuntos civiles, la autoridad excluyente de las iglesias, y cualquier privilegio político y social, con el objetivo de que el individuo pueda desarrollar sus capacidades individuales y su libertad en el ámbito político y religioso. Su base fundamental se encuentra en la doctrina de la ley natural, cuyo más representativo exponente es John Locke.
También recibe este nombre, aunque su ámbito es distinto, el liberalismo económico, teoría económica iniciada por Adam Smith (La riqueza de las naciones, 1776), especialmente por oposición a la escuela neoclásica de economía o marginalismo, de finales del siglo XIX.
Dotado de un alto grado de laicidad, ya y que tanto los pensadores cristianos como aquellos que a partir del siglo XVIII adoptaron el ateísmo como postura frente a la religión, estaban vinculados a la Reforma Protestante de inicios del siglo XVI y a la reforma de la Iglesia Católica, con el consecuente alejamiento de la idea de Dios de los asuntos públicos. La religión pasa a ser un asunto privado, alejada de la moral y de la política, con la finalidad de favorecer la convivencia.