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Las principales causas del edema hepático, es una alimentación carencia sumamente notable de proteínas y minerales esenciales que necesitamos para poder vivir.
Es un exceso líquido en los tejidos que recubren la zona el abdomen y los órganos abdominales.
La presión sube en los vasos sanguíneos del hígado y en las zonas bajas de la albúmina.
Síntesis de:
detección: examen físico o radiografía con contraste
Órgano interno más grande del cuerpo
Suministro se sangre exclusivo
Metabolismo de:
El árbol portal está constituido por la vena porta constituida por: la vena mesentérica superior, la vena mesentérica inferior, la vena esplénica y la vena gástrica.
La vena porta ingresa al hígado por el hilio hepático y se divide en porta izquierda y porta derecha
Depuración de:
En el caso de la hipertensión portal se produce un incremento de la presión en el árbol portal producida por la resistencia del paso de la sangre por el hígado.
Factor ocasionado por cirrosis, hepatomegalia (tumores) que endurecen el hígado y en algunos casos cálculos biliares localizados en la vena porta
Almacenamiento de:
El incremento de la Resistencia portal vascular al flujo, incrementa la presión portal (Hipertensión Portal), reduce el pasaje efectivo de la sangre a través del hígado, propicia la búsqueda de la fuga de este volumen retenido creando nuevas rutas o colaterales.
Las rutas Colaterales de Fuga son las siguientes:
En resumen ocasiona red venosa colateral, esplenomegalia (bazo agrandado) y várices internas en diferentes órganos
La hepatitis es una inflamación del hígado. La afección puede remitir espontáneamente o evolucionar hacia una fibrosis (cicatrización), una cirrosis o un cáncer de hígado –OMS
Síndrome metabólico.
- Desnutrición.
- Pérdida rápida de peso.
- Ingesta excesiva de alcohol.
- Corticoesteroides.
- Estrógenos sintéticos.
- Aspirina.
- Cocaína.
- Medicamentos antirretrovirales.
- Lipodistrofias.
- Enfermedad hepática aguda del embarazo.
- Enfermedades inflamatorias intestinales.
- Diverticulosis con sobrepoblación bacteriana.
- Virus de la inmunodeficiencia humana.
- Virus C de la hepatitis.
- Tuberculosis.
- Cirugía para obesidad.
La hepatitis puede ser infecciosa (viral o bacteriana) o tóxica (alcohol, venenos, fármacos),mbas pueden volverse crónicas.
Dentro de las hepatitis infecciosas, se encuentran los tipos de virus A, B, C. Los menos frecuentes D, E, y los menos conocidos F y G recientemente descubiertos.
Todos los virus descritos anteriormente son capaces de producir 4 formas clínicas de hepatitis:
a. Hepatitis aguda
b. Hepatitis fulminante
c. Hepatitis subclínica
d. Hepatitis crónica.
Repentinamente, durante la fase ictérica, el paciente presenta signos de falla hepática o de encefalopatía hepática, caracterizadas por cambios en la conducta, alteraciones del ciclo sueño-vigilia y dificultad para concentrarse. Repentinamente el paciente entra en estado de coma y muere.
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Si bien no existe un tratamiento definitivo para el hígado graso, las recomendaciones básicas que se dan al respecto pasan por una reducción de peso corporal y seguir una alimentación sana y saludable, rica en frutas y verduras.
1. Periodo de incubación. Determinado por el agente infectante
2. Fase prodrómica. Se caracteriza por manifestaciones clínicas inespecíficas como malestar general, fatiga, letargia y anorexia. Ocasionalmente también pueden presentarse nausea, vómito y fiebre. Generalmente esta fase persiste de 3 a 7 días.
3. Fase ictérica. En este periodo se presentan las manifestaciones clásicas de la hepatitis: ictericia, acolia, coluria, puede haber nausea, vómito, persiste el malestar general y la anorexia. Las pruebas de laboratorio para funcionamiento hepático muestran bilirrubinas aumentadas a expensas de la bilirrubina directa (más de 3 mg/dl) y transaminasas (TGO y TGP) con valores ás veces por arriba del límite normal.
4. Fase de convalecencia. El paciente se recupera, recobra el apetito y desaparecen los síntomas, sin embargo la fatiga puede persistir durante varias semanas
Tradicionalmente la hepatitis A se ha considerado como subclínica. Debido a factores socioeconómicos, presentes en nuestro país, en donde el fecalismo al aire libre y las malas condiciones de higiene son una constante. La infección se adquiere muy temprano durante la infancia cursando de manera asintomática y anictérica.
El virus de la Hepatitis C se transmite básicamente a través de la sangre, esta asociado al uso de drogas intravenosas y trasfusiones. La transmisión materno fetal y la sexual son poco frecuentes excepto en aquellas personas infectadas por el VIH. En casi todas las personas infectadas por la Hepatitis C se produce una infección persistente (hepatitis crónica) que genera en el hígado una inflamación que puede llevar a la cirrosis en muchos años y eventualmente al hematoma. (Cáncer de hígado).
Es mucho más transmisible que el VIH y, si bien comparte con él algunas de las vías de transmisión (la sexual, la sanguínea y la transplacentaria al bebé durante el embarazo), la hepatitis B también se transmite por vía oral (a través de la saliva). Como característica propia tiene la capacidad de producir una infección persistente (HEPATITIS CRÓNICA) y, después de muchos años de actuar el virus puede llevar al hígado a la cirrosis, la insuficiencia hepática y, más raramente puede producir un hepatoma (tumor de hígado). Esta situación ocurre en aquellas personas que también están infectadas por el VIH.
Es la más frecuente de las hepatitis. Se da más habitualmente en niños y casi siempre (en mas del 80% de los casos) es asintomático. En cambio en los adultos es común que produzca algunos síntomas. Con muy bajo nivel de frecuencia, puede derivar en una hepatitis fulminante. Se transmite por vía fecal oral, en lugares donde falta agua potable o cloacas, o cuando la falta de higiene favorece la contaminación del agua y de la comida. No produce una infección persistente y en la mayoría de los casos, se cura. En los adultos puede ser grave, sobre todo si esta infectado con otra hepatitis
Dónde el paciente convive con el agente viral, debido a que este permanece de manera latente en el hepatocito. La hepatitis crónica se caracteriza por la presencia de síntomas completamente inespecíficos
Los alcohólicos pueden presentan lesiones semejantes a una hepatitis crónica de etiología vírica.
La hepatitis crónica que presentan los alcohólicos no tiene unas características clínicas definidas y, en general, se detecta al practicar una biopsia hepática.
Las diferencias de estos pacientes son niveles de ALT inferiores a los que se detectan en la hepatitis crónica por virus C. Asimismo, es más frecuente que exista un aumento del volumen eritrocitario y una menor concentración sérica de proteínas totales y de albúmina.
Producida por acúmulo de sustancias como hierro (hemocromatosis) o cobre ( enfermedad de Wilson) que dañan el tejido hepático.
El déficit de alfa 1 antitripsina provoca acúmulo de proteínas a nivel hepático y daños secundarios.
1) Pruebas funcionales hepáticas
Niveles de bilirrubina
Bilirrubina directa (también llamada conjugada): 0 a 0.3 mg/dL.
Bilirrubina total: 0.3 a 1.9 mg/dL
2) Química sanguínea básica
Incluye: Glucosa, nitrógeno ureico (BUN), creatinina
3) Endoscopía
4) Biopsia de hígado
La cirrosis es una afección en la que el hígado se deteriora lentamente y funciona mal debido a una lesión crónica. El tejido sano del hígado se sustituye por tejido cicatricial, bloqueando parcialmente la circulación de la sangre a través del hígado.
Es más frecuente que el cáncer que se originó en otra parte del cuerpo se disemine al hígado. Esto no es cáncer de hígado, sino cáncer metastásico de otro órgano.
La cirrosis no es causada por trauma de hígado u otras causas de daño agudo o de corto plazo. Generalmente, años de lesión crónica son necesarios para causar la cirrosis.
Las causas más comunes de cirrosis son el consumo abundante de alcohol y la hepatitis C crónica. La obesidad se está convirtiendo en una causa común de cirrosis, ya sea como causa única o en combinación con el alcohol, con la hepatitis C o con ambos
VHC crónica
Existen 3 tipos:
Carcinoma hepatocelular (hepatocellular carcinoma, HCC), Colangiocarcinoma, también denominado cáncer del conducto biliar, Angiosarcoma
H alcohólica
Es posible que no haya síntomas o que se presenten lentamente, según qué tan bien esté funcionando el hígado.
• debilidad
• fatiga
• pérdida del apetito
• náuseas
• vómitos
• ictericia
• pérdida de peso
• picazón
• vasos sanguíneos en forma de araña cerca de la superficie de la piel
Presencia de fibrosis, que consiste en el depósito de fibras de colágeno en el hígado
este acúmulo de fibras ha de delimitar nódulos, es decir, ha de aislar áreas de tejido hepático, alterando la arquitectura del órgano y dificultando la relación entre los hepatocitos y los finos vasos sanguíneos a través de los cuales ejercen su función de síntesis y depuración y a través de los cuales se nutren.
• Edema (esplenomegalia) y ascitis
• Moretones y hemorragias
• Várices esofágicas y gastropatía.
• Cálculos biliares.
• Encefalopatía hepática.
• Resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
• Cáncer de hígado.
• Hipertensión portal (Red venosa colateral, esplelnomegalia)
Cuando la enfermedad progresa aparecen los signos propios de hipertensión portal como ascitis, circulación colateral y varices
esofágicas con la posibilidad de hemorragia digestiva.
Entre el 5% y el 15% de los pacientes con una cirrosis hepática alcohólica desarrollan un carcinoma hepatocelular.