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Por definición un cristiano NO puede ser acosador o causante de Bullying, por el contrario Mateo 5.5 nos dice que debemos ser mansos.
La palabra “manso” que usa Mateo es del griego praus y significa también afable, humilde y paciente. Y de hecho no es la única vez que Jesús nos llama a ser mansos: Mateo 11.29.
• Es alguien que necesita sentirse poderoso y así ser reconocido.
• Carece de habilidades sociales y no muestra ningún tipo de capacidad de empatía.
• Por regla general, es alguien que suele tener problemas de violencia en su propio hogar.
• No tiene capacidad de autocrítica y manipula a su antojo la realidad.
La Biblia registra, en relación al bullying, el insulto. Cuando Cristo estuvo en la tierra aseveró:
Habéis oído que se dijo a los antepasados: “NO MATARÁS” […] Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: “estúpido”, será reo del infierno de fuego (Mt 5:21-22).
• Es alguien sumiso.
• Tiene baja autoestima y además no posee una personalidad segura.
• Presenta una incapacidad absoluta para defenderse.
• Se trata de una persona muy apegada a su familia y que no tiene autonomía.
• Suele presentar algún tipo de diferencia con el resto de sus compañeros de la clase en lo que se refiere a raza, religión, físico…
En casos extremos, el acoso escolar ha conducido al suicido a algunas víctimas y sus perniciosos efectos para la salud física, mental y emocional del individuo pueden llegar a cronificarse, acompañando a la víctima durante toda su vida.
• El adolescente presenta cambios de humor muy bruscos.
• Tiene miedo de ir al colegio y por eso siempre pone excusas para faltar a clase.
• Se produce un importante cambio en lo que es el rendimiento escolar.
• No cuenta nada sobre su día a día en el centro.
No forma parte del diccionario la RAE, pero cada vez es más habitual en nuestro idioma.
Acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros.
Para mejorar la convivencia es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando. Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
· Definir adecuadamente el conflicto
· Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia
· Diseñar las posibles soluciones al conflicto
· Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo
· Llevar a la práctica la solución elegida
· Valorar los resultados obtenidos.