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El verdadero enemigo de los músculos: la acidez Se tenga en cuenta que en el cuerpo el ácido láctico no existe como tal, desde el momento que, enseguida de haberse formado, se disocia en un ión de hidrógeno cargado positivamente (H+) y en un ión lactado cargado negativamente (LA-).
Si es baja la concentración de ácido láctico que se encuentra en la sangre después de que un atleta ha efectuado un esfuerzo durante el cual se ha empeñado al máximo, significa que ha derivado poca energía del mecanismo que determina la producción.
Su presencia en la sangre, en efecto, indica que en los músculos se ha producido energía con un mecanismo energético que no tiene necesidad de oxígeno, pero que determina, la formación del ácido láctico que, superando la membrana de la fibra muscular, se vuelca en la sangre.
El destino del ácido láctico
Una vez que ha pasado a la sangre, el ácido láctico va poco a poco eliminado.
El corazón, por ejemplo, lo usa como combustible, igual que hacen algunos músculos poco empeñados; los riñones y el hígado lo transforman en glicógeno. En un atleta entrenado, ya después de siete minutos la mitad de lactato ha desaparecido de la sangre.
Existe la tendencia a creer que el ácido láctico, sea un enemigo del atleta o de cualquier que desarrolle una actividad fisica.