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Las niñas reaccionan menos al estrés y a la posibilidad de que sobrevivan a la infancia mayor.
Una de las primeras diferencias conductuales entre niños y niñas, que aparece entre uno y dos años, son las preferencias por los juguetes y las actividades de juego, así como los compañeros de juego del mismo sexo.
Llanto: es la manera más eficaz en que los bebés pueden comunicar sus necesidades. En el cual existen 4 tipos.
Llanto de hambre.
Llanto de enojo.
Llanto de dolor.
Llanto de frustración.
Aunque los bebés comparten patrones comunes de desarrollo, desde el inicio cada uno muestra una personalidad distinta. Una mezcla relativamente constante de emociones, temperamento, pensamiento y conducta.
Desde la infancia, el desarrollo de la personalidad se entrelaza con las relaciones sociales, comunicación, a la que se la conoce como
¿Cuán diferente son los niños y las niñas? Ser hombre o mujer influye en el aspecto físico de las personas, la manera en que se mueven, en que trabajan y en que juegan.
Cuando los bebés miran a sus cuidadores, al encantarse con una persona o un juguete nuevo participan en un acto de referenciación social, es la búsqueda de la información emocional que guíe su conducta.
El papel de madre: los bebés humanos tienen necesidades que deben ser satisfechas para que puedan crecer de manera normal, una de esas necesidades es la de una madre que les responda con prontitud y calidez, la importancia de la sensibilidad materna.
El papel del padre: el papel de la paternidad es en esencia una construcción social que tiene significados diferentes en culturas distintas. El papel puede ser asumiendo o compartido por alguien que no sea el padre biológico.
Las emociones como la tristeza, la alegría y el miedo, son reacciones subjetivas ante diversas experiencias que se asocian con cambios fisiológicos o de conducta.
Por lo general los niños con un apego seguro tienen un vocabulario más amplio y variado que los que carecen de él, sus intenciones con sus compañeros son más positivas y es probable que sus acercamientos amistosos sean aceptados.
De acuerdo con un modelo muy popular del desarrollo emocional, poco después del nacimiento los bebés muestran signos de satisfacción, interés y aflicción.
El apego es un vínculo emocional, recíproco y duradero entre e infante y su cuidador, cada uno de los cuales constituye a enriquecer la calidad de la relación. El apego tiene calor adaptativo para los bebés pues les asegura la satisfacción de sus necesidades psicosociales y físicas.
0-3 meses: Los niños están abiertos a la estimulación.
3-6 meses: Pueden anticipar lo que está a punto de suceder y experimentan percepción cuando no ocurre.
6-9 meses: Participan en juegos sociales y tratan de obtener respuestas de la gente.
9-12 meses: Se relacionan más estrechamente con su cuidador principal. Sienten temor ante los desconocidos y actúan tímidamente en situaciones nuevas.
12-18 meses: Exploran su ambiente para lo cual se apoyan a las personas que están más apegadas.
18-36 meses: En ocasiones muestran ansiedad para que se den cuenta de lo mucho que se están separando de sus cuidadores.
El desarrollo del cerebro después del nacimiento se relaciona de manera estrecha con los cambios en la vida emocional: las experiencias emocionales no solo son influenciadas por el desarrollo del cerebro sino que también pueden tener efectos duraderos sobre su estructura.
Integrantes:
- Ontíveros Alvarado Elizabeth
- Palomares Solís Sonia
- Romero Sepulveda Gerardo
- Valdez Alvarez Stephanie Viridiana
Los bebes dependen de otros para recibir comida, protección y para conservar su vida durante periodos mucho más largos que cualquier otro mamífero.
El elemento crucial para el desarrollo de la confianza es un cuidador dedicado, sensible y constante.
En ocasiones se define como la forma característica en la que una persona reacciona ante la gente y las situaciones.
Un niño tal vez no actúe de la misma forma en todas las situaciones. Además el temperamento no solo influye en la manera en que los niños reaccionan entre sí en el mundo exterior, si no en la manera que regulan su funcionamiento mental, emocional y conductual.
Diferencias de género en los infantes y niños pequeños: son pocas; los varones son un poco más grandes y pesados, pueden ser un poco más fuertes, pero, desde la concepción son físicamente más vulnerables