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INTERESES
INTRATEORICOS
JÜRGEN HABERMAS: INTERESES
HUMANOS Y CLASIFICACIÓN
DE LAS CIENCIAS
INTERESES EXTRATEORICOS
INTRODUCCIÓN DE LA TEORÍA CRÍTICA A ESPAÑA
Según el profesor Vasco en el hombre encontramos
dos clases de intereses: unos extrateóricos
y unos intrateóricos, aunque ambos determinan el
conocimiento, su permanencia, y su orientación.
La denuncia de la teoría crítica se centrará en las implicaciones institucionales y mercantiles del enfoque positivista, que naturaliza las exigencias propias de la sociedad de consumo, sin prestar atención a los conflictos sociales.
Por su lado, Max Horkheimer centró su crítica al positivismo en el libro Crítica de la razón instrumental, publicado en 1946 a partir de unas conferencias que impartió en la Universidad de Columbia a lo largo de 1944.
Éstos son concomitantes
al trabajo científico y que no sólo requieren
una reflexión teórica profunda, como lo muestra
el profesor Vasco siguiendo una lectura particular
de Habermas, sino que también pueden ubicarse
dentro de una teoría de las disciplinas particulares
y hasta hacer una extensión a otras prácticas
como la educativa.
Éstos son previos a la selección de una manera de conocer científicamente, por lo cual no requieren una reflexión teórica profunda y pueden ser explicados por su carácter sociológico o psicológico. Así, entre ellos encontramos los intereses económicos, los intereses de reconocimiento o status y los intereses políticos o de poder y los intereses ideológicos.
Manuel Sacritán fue el primero en España en traducir un libro de un miembro de la Escuela de Frankfurt. De hecho, en 1962 tradujo no uno, sino dos de los libros de Adorno, Notas de literatura y Prismas; La crítica de la cultura y la sociedad, ambos publicados por Ariel.
Por otro lado, Jesús Aguirre, durante su estancia como editor jefe en la editorial Taurus, también jugó un papel crucial en la introducción de la Teoría Crítica en España a través de la traducción y edición de numerosas obras de diversos miembros de la Escuela, particularmente Benjamin.4 De hecho, los 43 libros de la Escuela de Frankfurt que fueron publicados en España entre los años 1962-1981, la editorial Taurus fue responsable de un total de 13.
La Teoría Crítica es una teoría que al mismo
tiempo que aspira a una comprensión de la situación
histórico-cultural de la sociedad, aspira, también
a convertirse en fuerza transformadora en
medio de las luchas y las contradicciones sociales.
La Teoría Crítica de la sociedad se propuso interpretar y actualizar la teoría marxista originaria según su propio espíritu. Por ello, entiende que el conocimiento no es una simple reproducción conceptual de los datos objetivos de la realidad, sino una auténtica formación y constitución de las mismas.
Nace en 1923, a partir de la creaciòn de la Escuela de Franckfurt Instituto de Investigación Social asociado a la Universidad de Franckfutr.
La escuela de Frankfurt surge como grupo filosófico en el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en un panorama en el que el proletariado no había producido la revolución como lo había previsto Marx, y por el contrario había fracasado completamente en Alemania, aunque se produjo en contextos agrarios como el de Rusia, con condiciones materiales opuestas a las previstas por Marx, como los países industrializados.
En las primeras investigaciones sobre comunicación que llevaron a cabo en Estados Unidos, de enfoque empirista y ligadas a grandes instituciones, como La Fundación Rockefeller, surgirán las principales diferencias entre teoría crítica y positivismo, que marcarán los sucesivos debates y los estudios sobre comunicación y sociedad en la mitad del siglo XX. Desde la teoría crítica se proponía ampliar el concepto de razón, de manera que el pensamiento se liberara de los límites marcados por la práctica empirista, y de una visión objetiva de la realidad.
Desde esta perspectiva la Teoría Crítica se opone a la Teoría Tradicional como a la teoría que surge en el círculo de Viena llamado Positivismo Lógico y esto en dos niveles:
- En el Plano Social, ya que la ciencia depende, -en cuanto ordenación sistemática- de la orientación fundamental que damos a la investigación (intereses intrateóricos), como de la orientación que viene dada dentro de la dinámica de la estructura social (intereses extrateóricos).
- En el plano teórico-cognitivo, denuncia la separación absoluta que presenta el positivismo entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. Es decir, que cuanto menos se meta el investigador en lo investigado, gracias al método, más objetiva y verdadera será la investigación. De esta manera, se pierde el aporte del sujeto que hace ciencia, se absolutizan los hechos y se consolida, mediante la ciencia, un orden establecido (establishment). Es decir, las ciencias pierden su carácter transformador, su función social. En este sentido, los resultados positivos del trabajo científico son un factor de autoconservación y reproducción permanente del orden establecido.
Esta teoría crítica transformadora del orden social que busca de un mayor grado de humanización -"antropogénesis"- se fundamenta en el concepto hegeliano de razón. Es decir, la Teoría Crítica asume como propia la distinción entre razón y entendimiento, y entiende que la razón lleva las determinaciones conceptuales finitas del entendimiento hacia su auténtica verdad en una unidad superior, que para la Teoría Crítica es la reflexión filosófica o racional. Con la razón pensamos, con el entendimiento conocemos.
Estas posturas teóricas generales, pueden ser rastreadas a través de autores como Horkheimer, uno de los directores y miembros más destacados de la escuela de Frankfurt, y quien plantea el debate entre teoría tradicional y teoría critica, al igual que Habermas quien comprende esta distinción dentro de una racionalidad procedimental a partir de la cual el conocimiento humano no opera según presupuestos jerárquicos-metafísicos (teoría tradicional) sino pragmático-procedimentales (teoría crítica) al interior de las comunidades científicas y de los mundos socio-culturales de vida. Esto significa que todo modo de conocer es interesado y, que sólo conocemos por el interés.
Esto lo trabaja Habermas a partir de una teoría de los intereses rectores del conocimiento, que son en su terminología "el interés cognitivo-práctico" y "el interés cognitivo-técnico" que tienen sus bases en estructuras de acción y experiencias profundas vinculadas a sistemas sociales y el interés cognitivo-emancipatorio que posee un estatuto derivado y asegura la conexión del saber teórico con la práctica vivida. Se concluye así que la Teoría Crítica es una teoría que al mismo tiempo que aspira a una comprensión de la situación histórico-cultural de la sociedad, aspira también a convertirse en la fuerza transformadora de la misma en medio de las luchas y las contradicciones sociales.
La teoría crítica es formulada por Max Horkheimer por primera vez en su obra de 1937 Teoría tradicional y teoría crítica.
El proyecto inicial se define como marxismo heterodoxo, es decir, de realizar soluciones congruentes a los problemas de la sociedad, como la desigualdad de clases, no solo desde el punto de vista sociológico, sino también filosófico. Aspiraban a combinar a Marx, reparando en el inconsciente, en las motivaciones más profundas. Por ello la teoría crítica debería ser un enfoque que, más que tratar de interpretar, debiera poder transformar el mundo.