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Mediante el análisis situacional descubriremos la relación existente entre esos acontecimientos y la conducta en cuestión y estableceremos:
a. La condición de los acontecimientos que se producen en la situación. (cuales desempeñan la función de precedente y cuales al de consecuente, respecto al comportamiento)
b. La correspondencia existente entre estímulos precedentes, respuesta y estímulos consecuentes. (relación de contingencia)
La ejecución de estos pasos y sus correspondientes tareas, nos llevará al último punto de la fase de evaluación: la formulación de la hipótesis funcional.
Obtenidos, registrados y analizados todos los datos, formularemos un juicio en el que quede claramente especificado:
Es el análisis del conjunto estimular desencadenante (precedentes) y mantenedor (consecuentes) de la conducta problema. Son todas las formas de estimulación del medio ambiente externo e interno que activan y mantienen la conducta.
Los conjuntos estimulares que ejercen control sobre la conducta problema los encontramos habitualmente en los siguientes contextos:
- Familia
- Escuela
- Barrio
- Sujeto
La evaluación es el inicio de toda intervención conductual, su función es cuantificar y analizar la conducta, se dirige hacia la determinación de los excesos y déficits conductuales, así como de los estímulos ambientales.
Es un proceso continuo y constante a lo largo de toda la intervención en modificación de conducta a través del cual determinaremos qué variables son las que están manteniendo la conducta inadecuada.
a) Análisis de prerrequisitos (Rp):
Consiste en evaluar si el sujeto dispone en su repertorio de las conductas deseables o por lo menos de aquellas que puedan facilitar su aprendizaje. Con este análisis estableceremos el punto de partida del proceso e-a.
b) Estado biológico del organismo (O):
Es necesario tener en cuenta que el estado del organismo es un factor probabilizador de la interacción. El conocimiento de los determinantes biológicos tiene como finalidad aportarnos información acerca de las condiciones en las que la interacción pasada y actual se desenvuelven, para que podamos diseñar planes para su mejora y ampliación futura.
OBJETIVO:
Identificar las conductas problemáticas observables, los factores que las mantienen y en qué orden deben abordarse.
El tipo de registro utilizado dependerá de la conducta que queremos analizar
El contexto condiciona la intervención de M.C.
La evaluación es el inicio de toda intervención conductual
Consiste en identificar la conducta problema que presenta el alumno, de las condiciones particulares en las que lo hace y qué razones empujan al educador en un momento determinado a tomar la decisión de actuar sobre el comportamiento del alumno con la finalidad de modificar dicha conducta.
Graficar los datos recopilados es un recurso de gran ayuda para el maestro y otras personas que puedan tener acceso a ellos. La impresión visual del grafico nos proporciona con rapidez elementos para estimar:
- El curso de la conducta tratada
- El estado en el que se manifiesta
- La variabilidad producida entre sesiones de observación.
- Comportamientos perjudiciales para la integridad física del niño
- Comportamientos perjudiciales para su adaptación social
- Comportamientos perjudiciales para su progreso académico
- Comportamientos perjudiciales para el bienestar o la libertad de otros
- Comportamientos que contribuyen a dañar a otras personas o sus pertenencias o las del centro
- Comportamiento perjudicial para la eficacia profesional del docente
En función de los objetivos la información que se desee obtener se utilizara un tipo u otro de registro.
- Recuento de frecuencias
- Registro de duración
- Muestreo de tiempo
- Registro anecdótico
- Producto permanente
- Registro de categorías
- Entrevista exploratoria
Consiste en formular una descripción precisa de las “conductas-problema”: qué es lo que el sujeto hace o no hace de forma exacta con el análisis de la frecuencia, la intensidad y la duración.
Se centra en definir de forma precisa conductas concretas, identificables y cuantificables, así como de delimitar las situaciones en las que aparecen, evitando las interpretaciones y el etiquetado.
La observación ocular es el mejor procedimiento de que disponemos para obtener información sobre cualquier comportamiento. Se aconseja que la observación sea planificada, controlada y si es posible, sujeta a comprobación (fiabilidad)
Para que la observación sea rigurosa debe cumplir los siguientes requisitos:
El análisis del conjunto de variables que están en interacción con la conducta problema y que son funcionalmente responsables de su ocurrencia o no ocurrencia.
La línea base es una medida inicial de la conducta que nos servirá de referencia constante en el transcurso de las fases de intervención y seguimiento, con el fin de verificar los cambios que se vayan produciendo a lo largo de la intervención y será el punto de contraste para determinar hasta qué punto se ha conseguido el objetivo final.
Para determinar la línea base de la conducta problema, se requieren las siguientes técnicas:
El establecimiento de objetivos nos marcará las metas a donde se quiere llegar con la intervención.
Los objetivos deben definirse rigurosamente y hemos de tener en cuenta algunas condiciones para conseguir el objetivo o conducta final: