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Helio Gallardo en sus “Notas sobre la situación mundial observada desde América Latina” nos dice: “En la década del sesenta, la imagen del pobre en América Latina era la de un marginal”
En la década de los ochenta y noventa, el pobre era un excluido, un expulsado del mercado y de su lógica, implicando una degradación ética en el sistema.
Al finalizar el siglo XX enfrentamos la simbiosis del neoliberalismo y de la globalización.
En el corpus teórico de la escuela clásica, la economía se aparejaba con el término “política”, para dar a entender que los problemas reales de la economía eran de la sociedad o la comunidad. Actualmente El Salvador se basa en “la teoría del rebalse”, en la que se observa que la principal preocupación del gobierno y de la empresa privada es el crecimiento macroeconómico, con lo cual planean hacer efectiva la inversión en capital humano. Pero realmente solo estaba llevando a una acumulación extrema más bien proclamada como capitalismo y no neoliberalismo.
En la segunda mitad de la década de los 90 La población valora mucho el logro de la paz pero está angustiada por la pobreza, la degradación del entorno, la violencia y la recurrencia de las situaciones de emergencia nacional La primera etapa de las reformas económicas de fin de siglo, inició en 1989, Se eliminaron los controles de precios, se redujeron los aranceles y se dio una amplia reforma del sistema financiero.
La otra etapa se dio a partir de la segunda mitad de la década de los 90, destacándose las regulación y privatización de los sectores de electricidad y telecomunicaciones y las reformas del sistema de pensiones. Es importante destacar que la oportunidad histórica que tuvo El Salvador en la década de los noventa, difícilmente la pueda volver a tener en un futuro cercano: fin de la Guerra Fría, atención y respaldo internacional para llevar a cabo reformas institucionales democráticas, contexto económico mundial favorable.
El país entro en una etapa diferente en los años 90´s, ya que con la firma de los acuerdos de paz, el gobierno que presidia en ese entonces decidió seguir con los programas de estabilización económica; pero dicho cambio no dio resultado y la población se vio en la obligación de emigrar hacia Estados Unidos.
El impacto de la guerra ha sido uno de los fenómenos en que, El Salvador, vivió una dura experiencia, ya que ocasionó un descontrol en la agricultura, convirtiéndolo en un país de emigrantes lo que trajo consigo la desintegración familiar.
Samuel P. Huntington le otorga este carácter global a la nueva democracia de exportación y la define como la tercera ola del capitalismo avanzado (The third wave: 1991).
El Salvador ha sido golpeado por varios cambios, siendo uno de ellos el proceso de globalización, un cambio inevitable en nuestro país en el cual toman un papel muy importante los organismos financieros internacionales y las megaempresas transnacionales, debido a que estas buscan una igualdad de sociedades respecto a sus tecnologías.
Desde el punto de vista político, El Salvador se concentraría a partir de los noventas, con un fenómeno nuevo; La eclosión de la democracia en el ámbito global, producto de las transformaciones políticas y económicas sucedidas en el último cuarto de siglo.
El mercado junto con los centros de poder considera que es necesario exportar también la democracia, precisamente para asegurar las condiciones de este mercado.