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1.El agente patógeno debe estar presente en
los animales enfermos y ausentes en los sanos
2.El agente debe ser cultivado en un cultivo
arsénico puro aislado del cuerpo del animal.
3.El agente aislado en un cultivo arsénico debe provocar la enfermedad en un animal
susceptible al ser inoculado.
4.El agente debe ser aislado de nuevo de las
lesiones producidas en los animales de
experimentación y ser idéntico al inoculado originalmente.
Con estos postulados se establece un
protocolo para discernir entre las muchas bacterias o agentes biológicos presentes en cualquier tejido de cualquier animal. Mientras que muchas bacterias aparecen como "parásitos" de lesiones provocadas por otros agentes, solo hay un agente que provoque realmente la lesión.
La importancia de los postulados de Koch consiste en la utilización de cultivos puros,
cosa que es necesaria para discernir el verdadero causante de la enfermedad.
El virus con el que se inició la infección puede volver a ser aislado y mediante análisis filogenético se ha demostrado su procedencia. Este mismo criterio ha sido empleado en diversos juicios donde se ha demostrado la procedencia de una infección.
Todo ello lleva a afirmar que el cuarto postulado también se ha cumplido para el VIH.
Cuarto postulado: el individuo experimentalmente infectado debe de contener el microorganismo inoculado. Aislamiento del VIH en individuos pre-infectados.
El cumplimiento estricto de este postulado choca con la ética: no se puede inocular a un ser humano un virus potencialmente letal. A pesar de ello el seguimiento de varias inoculaciones accidentales ocurridas, así como el uso de animales de experimentación ha permitido recoger suficientes evidencias para sostener que este postulado también se cumple en el caso del VIH.
Se ha hecho el seguimiento a 3 trabajadores de laboratorio que fueron infectados con el virus VIH-1 (cepa HTLV-IIIB)
Para completar el postulado tercero hay que demostrar categóricamente que el virus que produce los síntomas anteriormente relatados es exactamente el mismo que se ha inoculado ya sea accidentalmente o a propósito. En el caso de los técnicos de laboratorio infectados se aisló el virus de los enfermos y se secuenciaron varios de sus genes, observándose que la secuencia variaba en menos del 3% de la cepa HTLV-IIIB, una variación similar a la que presentan los hijos respecto a su madre, cuando hay este tipo de transmisión y mucho menor que la se encuentra en dos individuos que no están relacionados entre sí
Los resultados publicados han permitido demostrar que cepas de VIH aisladas de pacientes son capaces de producir la misma infección en humanos, y producen uno de los síntomas más claros del SIDA, la bajada de células CD4, en animales de experimentación. Por ello el tercer postulado también se cumple.
Segundo postulado:
El microorganismo debe ser recuperado del individuo enfermo y debe de poder aislado y cultivado en medios de cultivos: aislamiento del patógeno en enfermos de SIDA.
Los resultados publicados muestran que el
agente infeccioso, el VIH, ha sido aislado de enfermos de SIDA y se ha mantenido en
cultivos celulares, cumpliéndose así el
segundo postulado
En este caso lo que ha quedado demostrado es que los pacientes de síntoma de SIDA poseen el virus VIH en el 95% de los casos, que los VIH positivos tienen una elevadísima probabilidad de sufrir SIDA mientras que los detectados como libres de VIH no padecen SIDA. Un número de técnicas han permitido comprobar que puede detectar el virus VIH en los enfermos de SIDA: técnicas de aislamiento y cultivo desde diferentes fluidos (sangre, semen y secreciones vaginales),
Con todos estos datos sobre la mesa se puede concluir que el VIH está presente en los enfermos de SIDA. El primer postulado se cumple
Aunque la mayoría de las bacterias infecciosas causantes de enfermedad en humanos cumplen
los postulados, hay algunas excepciones. Mycobacterium leprae, causante de la lepra,
no se ha podido cultivar in vitro como cultivo
puro, por lo que incumple el tercer postulado.
Solo se ha podido cultivar in vivo en las almohadillas de las patas de un armadillo
(la dificultad a la hora de experimentar parece,
por tanto, evidente).