Entre sus objetivos estaba la necesidad de conseguir mayor “espacio vital” para los alemanes, declaración ya efectuada en su libro Mein Kampf.
Alemania pretendía lograr una victoria rápida, objetivo no tan lejano al comienzo de la guerra en razón de su superioridad miliar y estratégica: en 1940 las tropas invadieron Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Francia, la Línea Maginot o línea Alpina construida por los franceses al finalizar la Primera Guerra Mundial, fracasó ante la rápida ofensiva alemana. La consecuencia fue la rendición de Francia y su división con la formación de Vichy como nuevo estado francés.
Gran Bretaña quedó sin aliados frente a Alemania pero no renunció. En 1941 con el ingreso de Estados Unidos en la guerra tras el bombardeo japonés de Pearl Harbor , más los diversos frentes abiertos por los ejércitos del Fürer (viola el acuerdo con Rusia e invade sus territorios, debe posponer la invasión a Gran Bretaña: su ubicación geográfica dificulta la tarea ) , es que logra revertirse la situación en favor de la contraofensiva aliada entre 1943 y 1945.
Tras la rendición de Alemania y el suicidio de Hitler, la nación queda dividida: por un lado, la República Federal Alemana (inicialmente fraccionada en tres sectores bajo el control de los aliados) y por otro, bajo el control de la Unión Soviética, la República Democrática Alemana.