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Con respecto a la teología Jenófanes comienza por realizar una crítica a los dioses homéricos de la tradición griega. Estos dioses, afirma Jenófanes, no son más que una invención humana, creada a imagen y semejanza del ser humano. Dotados no solamente de cuerpos, brazos y piernas similares a las del hombre, los dioses tienen además todos los vicios imaginables. Son corruptos, mienten, engañan, traicionan, etc. por lo que en ningún momento deberían ser usados con fines educativos. En este aspecto Jenófanes es claramente un moralista preocupado por las posibles influencias que las creencias tradicionales podían tener en los modelos de conducta de la juventud. No olvidemos que los textos de Homero eran parte fundamental de la educación, no sólo de los jóvenes, sino de todo el pueblo. La crítica al antropomorfismo es uno de los frutos de los viajes realizados por Jenófanes y del espíritu crítico adquirido en ellos, pues no se limita a señalar una mera semejanza general entre dioses y humanos, sino que en cada región del mundo los dioses tienen las características de los habitantes de la zona:
"Los etíopes dicen que sus dioses son chatos y negros,
Mientras que los tracios dicen que los suyos tienen ojos azules y son pelirrojos"
La relación de Jenófanes con los pensadores jonios es controvertida, y de ninguna manera es evidente a partir de su nacimiento en una ciudad jónica, de la misma manera que su residencia en el sur de Italia no indica claramente su relación con los pensadores eléatas. Ya lo demuestran las opiniones antiguas: Eusebio y Estrabón llaman a Jenófanes “el físico”,52 mientras que Teofrasto –cuya cita nos llega por Simplicio53 – no piensa que la manera de ver de Jenófanes pueda clasificarse entre las pertenecientes a las físicas.
El hecho discutido de que haya escrito un poema titulado Περι φυσεως (Peri physeos) suele tomarse como signo para inferir que fue físico. Simplicio deja ver que la atribución de tal título implica aceptar que se han tratado al menos algunas cuestiones naturales, contrapuestas a las que están más allá de la naturaleza.54 Pero también a las obras de Anaximandro, Heráclito, Parménides, Empédocles y Meliso se les atribuyó tal título,55 a pesar de lo heterogéneo de sus obras y sus tópicos.
La tradición doxográfica,30 partiendo de una afirmación de Platón, quiso ver en Jenófanes al fundador de la escuela eleática.31 Aristóteles agregó que Parménides fue su discípulo.32 Este dato parece cobrar fuerza a partir de la consideración de la semejanza del dios jenofánico, atestiguada en sus fragmentos considerados auténticos, con algunas notas del ente parmenídeo: la ausencia de traslación33 y la primacía del dios de Jenófanes sobre otros dioses y hombres34 fue equiparada con la inmovilidad y la unicidad del ente inteligido por Parménides.35
(griego: Ξενοφάνης; nacido entre el 580 a. C. y el 570 a. C. - muerto entre el 475 a. C. y el 466 a. C.) fue un poeta elegíaco y filósofo griego. Sus obras sólo se conservan en fragmentos, gracias a citas de autores posteriores, actualmente recopiladas en la obra de H. Diels, revisada por W. Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker ("Los fragmentos de los presocráticos").
La mayoría de las especulaciones acerca de la fecha de nacimiento de Jenófanes, como las de otros presocráticos, proviene de Apolodoro. Su opinión nos ha sido trasmitida por Diógenes Laercio, Sexto Empírico y Timeo a través de Clemente de Alejandría ).3 Indica la Olimpíada 50ª (580 – 577 a. C.) como fecha de nacimiento, y su madurez en la Olimpíada 60ª (540 – 537 a. C.). La datación de Apolodoro ha sido puesta en duda, porque toma fechas históricas como referencia simbólica para marcar la madurez de un pensador (en este caso sería la fundación de Elea en la Olimpíada 50ª), madurez que es alcanzada, según él, a los 40 años. Restando 40 a la fecha indicada, se obtendría la fecha de nacimiento.
Lo que caracteriza de manera general su pensamiento es el rechazo del saber tradicional, cuyos portavoces en Grecia fueron Homero y Hesíodo. Esto es universalmente aceptado tanto por los doxógrafos antiguos (Diógenes Laercio, A 1; Plutarco, A 22; Sexto Empírico, B 11) como por la filología moderna (A. Levi,65 Rudberg, Fränkel,66 Jaeger,67 Rodríguez Adrados,68 Kirk, Raven y Schofield69 ). En efecto, Homero y Hesíodo eran en Grecia algo más que poetas: “todos han aprendido desde antiguo con Homero”,70 ha sido el “educador de Grecia”,71 e incluso “Homero y Hesíodo han compuesto la genealogía de los dioses para los griegos, les han dado sus nombres, honores y funciones y han descrito los aspectos con que se manifestaban”;72 El rechazo de Jenófanes a este saber se concreta en diversos puntos: El primero es el carácter revelado de todo saber,73 para luego reemplazar la cosmogonía implícita en esos poemas por una concepción propia del universo visible74 y de la divinidad.