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Sus principios básicos son:
Libertad de la persona: pero sin olvidar que hay que tener en cuenta a los demás.
Sin autoridad: todas las decisiones se tomas de forma colectiva, nadie se impone.
Autonomía del individuo: en la pedagogía libertaria cada uno asume voluntariamente sus derechos y obligaciones.
Aprendiendo jugando: mediante el juego es más fácil desarrollar la solidaridad y el trabajo colectivo.
Sin diferencias sociales ni de sexos: no deben existir diferencias en la educación debidas a la situación social o económica de las personas, tampoco por el sexo al que se pertenezca
La asamblea: todas las decisiones son tomadas en asamblea, escuchando las propuestas de todos y decidiendo entre todos cuales son las más convenientes.
Sin creencias religiosas: la religión es una forma de autoritarismo, de controlar la mente de las personas.
No exámenes: los exámenes son considerados formas represivas y competitivas de evaluar al individuo.
La pedagogía libertaria surgió de
la experiencia de diferentes pedagogos anarquistas. Esta corriente educativa persigue conseguir un método de aprendizaje en el cual las personas se desarrollen libremente, sin que nadie imponga ningún tipo de autoridad.
Se trata de conseguir personas íntegras, libres, responsables, justas, igualitarias y felices y se considera que la autoridad es un impedimento para conseguir estos objetivos.
Las corrientes pedagógicas contemporáneas responden al reclamo social de una formación que les permita a los sujetos resolver problemas de diferente índole de forma autónoma, esto significa, poder enfrentar la búsqueda de soluciones, encontrar una respuesta y tener algún control sobre ésta, dado que en la mayoría de los casos, los problemas que se presentan implican encontrar respuestas nuevas a preguntas también nuevas. Por ejemplo, en la educación tradicional, las viejas soluciones responden de manera simplista o mecánica a las demandas sociales: a mayor número de solicitudes de ingreso de estudiantes, más instalaciones construidas y, por ende, más burocracia. Con esta lógica se sigue reproduciendo un modelo que ha mostrado su insuficiencia al concebir la enseñanza más para sí misma que para apoyar los requerimientos de formación de la sociedad, en lo general, y de cada una de las personas.
Durante los últimos años, la escuela y sus principales actores se han visto irremediablemente involucrados en una serie de críticas pedagógicas, sociales, políticas, culturales y administrativas que para beneficio de todos han reorientado la actividad formadora de docentes, estudiantes y padres de familia. Si bien, hoy nos queda claro que las fallas de la escuela van desde el autoritarismo, el centralismo y la idea obtusa de que su principal función es transmitir conocimientos, preguntas y respuestas correctas, más que asegurar la comprensión y aplicación o uso activo del conocimiento, también es cierto que discretamente ha crecido de modo desmedido una tendencia de los educadores a sobrevalorar el fenómeno del aprendizaje, y ello ha provocado una serie de problemáticas, tanto en la actualización de los recursos docentes, como en la metodología didáctica a implementar en las aulas escolares. El concepto de aprendizaje se genera desde la raíz del ideal educativo, lo obvio necesita ser reiterado: No puede haber educación sin aprendizaje. Aprendizaje es la condición necesaria, empero tal vez no suficiente, de todo proceso educativo.
La Pedagogía Sistémica es
una nueva forma de mirar el hecho educativo, está orientada al aprendizaje de la vida desde el legado que las anteriores generaciones, nos han pasado a través de los padres.
La metodología que utiliza es fenomenológica, solo se atiende hechos concretos, es decir se pasa de una dimensión conceptual a una vivencial.
El método Piaget está basado en el
desarrollo de la Teoría Cognitiva, que nos remarca la diferencia existente entre el pensamiento del niño y del adulto.
Las investigaciones de Piaget en relación con el pensamiento infantil pusieron en evidencia que la lógica del niño se desarrolla a lo largo de la vida pasando por diferentes etapas hasta alcanzar el nivel de adulto.
La Escuela Nueva quiere dar un giro a este método pedagógico con el fin de ofrecer una enseñanza personalizada entendiendo que cada ser humano es único e irrepetible, es decir, tiene unos matices concretos y un talento especial. Desde este punto de vista, una educación humanista es aquella que pone la atención en la persona y es un medio fantástico para reforzar el talento personal de cada alumno.
Etapa sensorio-motora: se desarrolla
entre los 0 y los 2 años. Durante esta etapa los niños sienten una gran curiosidad por todo lo que les rodea. Aprenden a jugar con los objetos aunque cuando el objeto desaparece de su vista el niño no entiende que todavía existe. Al final de la etapa adquieren la capacidad para mantener una imagen mental del objeto o de la persona, sin verlo.
Etapa preoperacional: esta etapa se extiende entre los 2 y los 7 años. A lo largo de esta etapa los niños interactúan con lo que les rodea pues ya pueden comunicarse mediante el uso de la palabra y las imágenes mentales. Los niños durante este periodo son egocéntricos y piensan que los objetos inanimados pueden percibir la vida igual que ellos, es decir pueden oír, ver, sentir, etc.
Etapa de las operaciones concretas: se
desarrolla entre los 7 y los 12 años. Durante esta etapa los procesos de razonamiento de los niños son más lógicos. Son más sociales y van dejando de ser egocéntricos. Entienden el concepto de agrupar pero los objetos imaginados siguen pareciéndoles algo místico.
Etapa de las operaciones formales: desde los 12 años en adelante. Esta es la fase final del desarrollo cognitivo. Los niños desarrollan una visión más abstracta y usan la lógica y el razonamiento. Adquieren la capacidad para pensar en soluciones a diferentes problemas. Los adolescentes desarrollan sentimientos idealistas y sus propias teorías sobre la vida y el mundo; sigue formándose su personalidad.
El método Montessori se caracteriza por proveer un ambiente
preparado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños. El aula Montessori integra edades agrupadas en períodos de 3 años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.
El ambiente preparado ofrece al niño oportunidades para comprometerse en un trabajo interesante, elegido libremente, que propicia prolongados períodos de concentración que no deben ser interrumpidos. La libertad se desarrolla dentro de límites claros que permite a los niños convivir en la pequeña sociedad del aula.
Los niños trabajan con materiales concretos científicamente diseñados, que brindan las llaves para explorar el mundo y para desarrollar habilidades cognitivas básicas. Los materiales están diseñados para que el niño pueda reconocer el error por sí mismo y hacerse responsable del propio aprendizaje.
El adulto es un observador y un guía; ayuda y estimula al niño en todos sus esfuerzos. Le permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza y disciplina interior.
La educación Montessori cubre todos los períodos educativos desde el nacimiento hasta los 18 años brindando un currículo integrado
La Pedagogia Sistémica se apoya en:
- Considerar a los alumnos como parte de un sistema interrelacionado (cualquier elemento disfuncional, puede afectar al resto de elementos). Los niños manifiestan lo que los padres no asumen, lo que esta en el ambiente pero no se dice, los pequeños lo captan y lo manifiestan.
- Entiende que los hijos son profundamente leales al sistema al que pertenecen y esa lealtad constituye un impulso mucho más fuerte que cualquier propuesta que venga del exterior, constituyéndose en un freno o en una motivación en la adquisición de conocimientos...
- Al tener en cuenta este profundo vínculo que los niños tienen con ambos padres, les incorpora como protagonistas indiscutibles de la educación. Conviertiendo la interrelación entre escuela y familia en una característica fundamental de esta nueva mirada pedagogica.
Escuela pedagógica creada por Rudolf Steiner en 1919. Se basa en considerar la escuela no sólo como un sitio para adquirir conocimientos, sino sobre todo para la formación humana de la persona. Se intenta que el niño desarrolle de forma armónica sus capacidades y aptitudes, consiguiendo el equilibrio entre sus conocimientos intelectuales y artísticos.
CARACTERÍSTICAS DE UNA ESCUELA WALDORF:
Los maestros están especialmente formados en el conocimiento de las etapas evolutivas del niño. No hay libros de texto, los niños elaboran su propio cuaderno de trabajo. Un niño tiene el mismo tutor durante ocho años y hay una estrecha colaboración entre tutor y padres.
2.1 La función social de la educación
La educación está llamada a influir en la
sociedad y en la familia, de tal modo que el mundo y la familia que dejemos a nuestros hijos van a depender en gran medida de la educación que les hayamos dado. No podemos olvidar que los niños de hoy van a ser los padres, los esposos y los ciudadanos del mañana. Los frutos que hayamos de recoger mañana, dependen de lo que hayamos sembrado hoy.
Para el realismo la educación ha de venir marcada por las exigencias y necesidades familiares y sociales. Desde esta postura se defiende la idea de que se educa en función de la colectividad. Educar es aprender a desempeñar los roles impuestos por los respectivos grupos sociales. Es así como el individuo tiene mayores posibilidades de adaptación al grupo. Triunfo y prestigio van en relación directa con esta adaptación, que nos empuja a una especie de mimetismo o de conformismo social. En otras palabras de lo que se trata es de preparar a los sujetos, para que éstos puedan hacer lo que la sociedad y los grupos sociales esperan de ellos.
En esta dirección nos podemos encontrar con una educación tal, que se pliegue de forma servil a las exigencias sociales, incluso con un tipo de educación domesticada desde arriba, que responda a las exigencias o imposiciones políticas; cosa que puede suceder y de hecho sucede con bastante frecuencia, pues sabido es que los estados se valen de la educación para instrumentalizarla a favor propio. La educación tiene que cumplir una función de adaptación social y debe de preparar al individuo para que éste pueda desenvolverse e integrarse en la sociedad que le vaya a tocar vivir ( así por ejemplo se explica el hecho de que los idiomas modernos vayan ganando interés en detrimento de las lenguas clásicas, o que las enseñanzas técnicas vayan desplazando las manualidades o la artesanía) aún con todo la educación no puede estar en dependencia absoluta y en conformismo total con lo que en un momento determinado impongan la realidad familiar o social.
De aquí que exista otra postura, la de los idealistas,
que abogan por una educación cuya finalidad es el mejoramiento de la sociedad y la familia. Ambas necesitan con urgencia ser mejoradas. Desde algún rincón de la sociedad tendrá que salir el revulsivo que cambien el rumbo de la situación actual y nada mejor que intentarlo desde la realidad educativa , que se puede presentar bajo formas y manifestaciones diferentes , mucho más en unos tiempos en los que los medios de comunicación social están jugando un papel tan importante.
Históricamente los grandes cambios sociales han tenido su origen en las ideas revolucionarias de pensadores y educadores. Este planteamiento ha sido siempre la aspiración de los grandes idealistas, cuyos orígenes los tenemos ya en Platón, quienes soñaron siempre con la idea de que la educación podría ser el medio más indicado para lograr una sociedad más justa, solidaria y pacífica.
PEDAGOGÍA DE GRUPO
Aprendizaje cooperativo e interactivo.
La pedagogía de grupo es una herramienta que permite el aprendizaje en un contexto reconocido por el niño: el grupo.
Para cualquier niño, estar en grupo significa tomar referencias adecuadas, sentirse entre iguales, consolidar su aprendizaje y socializarse.
La diversidad es parte fundamental de esta herramienta metodológica. Un grupo de niños es sobre todo diverso, cada uno tiene su propio ritmo de aprendizaje y sus propias características, y esto, es imprescindible para que nosotros podamos manejar el funcionamiento del grupo: potenciamos el crecimiento individual a través del grupo y no pretendemos homogeneizar a los niños, sino que respetando sus diferencias, buscamos un resultado de conjunto. Se mejoran sus “defectos” individuales y se potencian sus virtudes, las de cada uno y eso, sólo se consigue si tenemos referencia en otros.
Ajusta o inventa una dinámica para formar grupos y explícala en clase.
¿Por qué la edad es un criterio para formar grupo?
Los grupos se conforman por edades puesto que hay un patrón definido en la evolución psicomotora y en el desarrollo cognitivo de los niños.
A edades más cortas más grandes son las diferencias entre ellos (es decir, hay muchas más diferencias en habilidades psicomotoras entre un niño de 5 años y un niño de 4, que entre un niño de 8 años y un niño de 7 años).
Por ello, atendiendo a esta característica inherente al desarrollo psico-evolutivo de los niños, los grupos de los más pequeños son de edades iguales y a medida que su edad va aumentando, podemos empezar a diversificar la composición del grupo en relación a este factor.
La pedagogía de apoyo Waldorf
“Los niños ahora son diferentes, tenemos que educarlos de forma diferente, con cada niño la educación tendrá que ser una sanación.”
Estas son palabras que pronunció Rudolf Steiner en 1919 a los primeros maestros/as Waldorf. Hoy en día podemos decir que esto es aún más actual. En las escuelas de todo el mundo los maestros y maestras se están enfrentando al problema de que ya no pueden esperar como facultades naturales en los niños y niñas las capacidades para aprender a escribir, leer y calcular. El número de alumnado por clase que carece de estas habilidades básicas, de las cuales depende el aprendizaje, está aumentando de forma alarmante.
Cada vez hay más niños/as que llegan a la edad escolar necesitando atención especial para poder desarrollar sus capacidades y adquirir conocimientos y habilidades. No presentan déficit neuronal, ni patologías clínicas o retraso mental, que puedan ser encuadrados en un Programa de Integración, sino que tienen una inteligencia normal o superior a la normal pero que son considerados niños especialmente difíciles. Se da en éstos una situación de trastorno del desarrollo evolutivo. Por diversas razones, no consiguen superar procesos característicos de las distintas etapas evolutivas de los siete primero años de vida, transformándose en la edad escolar en dificultades para el aprendizaje. En algunas funciones estos niños que tienen el desarrollo desequilibrado, están a la altura de las expectativas correspondientes a su edad, pero en otras están por debajo de ellas, presentando problemas de aprendizaje, comportamiento y actitud social (hiperactividad, déficit de atención, disfunciones sensoriales, dislexias, discalculias, falta de ubicación espacio-temporal, etc)
Que los niños sean hoy distintos y que necesiten otras formas de apoyo en la enseñanza es un signo de nuestro tiempo. No podemos sólo incriminar al medio socio-cultural, a la familia, la crisis de valores…Los niños actuales con dificultades, nos exigen un cambio interior desde el interés, la veracidad absoluta y el amor incondicional. Cada niño exige una respuesta diferente. Las personas implicadas en la educación y desarrollo del niño, deben bajo este enfoque aunar sus fuerzas, creando un círculo de apoyo que abarque todos los ámbitos del niño. El maestro tutor, el médico escolar, el maestro de apoyo y otros terapeutas trabajando en estrecha relación aportando al niño el apoyo que necesita para superar sus dificultades.
La pedagogía de Apoyo Waldorf plantea que detrás de las dificultades de aprendizaje subyacen procesos no superados en algunas de las etapas evolutivas del niño, desde el nacimiento hasta los siete años.
Un desarrollo equilibrado permite al niño adquirir: una correcta orientación espacial exterior e interior, la adquisición del esquema corporal, una lateralidad correctamente definida, un buen desarrollo de los sentidos del tacto, equilibrio y movimiento propio, una correcta integración del sistema corporal y la superación de los reflejos. Todos estos aspectos tienen una relación muy estrecha con las capacidades necesarias para aprender a leer, escribir y calcular, y por tanto es necesario prestar mucha atención a la situación en que se encuentra el niño respecto a los mismos.
A través de una observación minuciosa del
niño con dificultades en el aprendizaje, el especialista de pedagogía de apoyo realiza una evaluación para detectar cuáles son las posibles causas de dichas dificultades y buscar los ejercicios que le ayuden a superarlas. La puesta en práctica del plan de trabajo suele ser individual aunque muchos de los ejercicios pueden ser realizados colectivamente en el aula con el profesor tutor ya que son beneficiosos para todos los alumnos.
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