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Uno de los objetivos prioritarios para la formación y consolidación del Estado, otorgándosele a la educación un gran protagonismo para la transformación de la sociedad. Desde un principio se le asignaron a la enseñanza pública objetivos tan importantes como la instrucción de los ciudadanos en el conocimiento de sus nuevos derechos y deberes individuales, así como la transmisión de nuevos valores que debían contribuir a la creación de una conciencia nacional y un nuevo imaginario colectivo.
Más allá de la retórica sobre la necesidad de una escuela primaria común, fue muy patente la preocupación y el interés de los nuevos dirigentes americanos por crear un sistema de formación de las élites.
Es significativo destacar que hasta la segunda mitad del siglo XX el Estado mantuvo prácticamente el monopolio de la enseñanza superior en todos los países, mientras que en la enseñanza primaria y secundaria la Iglesia y las órdenes religiosas tuvieron casi siempre la libertad para crear centros privados de enseñanza.
La excepción la constituyen Colombia y Perú, donde se permitió la existencia de Universidades Católicas desde la primera mitad del siglo XIX, así como Chile, donde se creó la Universidad Católica de Santiago en 1888, y más tarde la Universidad Católica de Valparaíso en 1928. En Brasil se crearían las primeras Universidades Católicas en Río Grande do Sul, Río de Janeiro y Campinas, entre 1931 y 1941.
Se instauró en las Constituciones el mencionado principio del Estado docente, pero garantizándose la libertad de enseñanza, entendida prioritariamente como libertad de creación de centros escolares. Esta medida afectó a toda la enseñanza privada, pero sobre todo a los centros escolares de la Iglesia Católica y de las órdenes religiosas, de fuerte arraigo en América Latina.
En algunos países como Colombia, Bolivia y Venezuela se produjeron breves períodos en los que el Estado concedió una total libertad de enseñanza, prescindiendo de toda atribución en la reglamentación del sistema escolar.
Los primeros planes para organizar una red de instrucción primaria pública asignaron esta tarea a los municipios.
Según cálculos de C. Newland para la América de habla hispana, probablemente de un 25% a un 40% de las escuelas a mediados del siglo XIX eran municipales y a ellas asistían de un 40% a un 60% del total de alumnos.
.El resto de la enseñanza era cubierto por instituciones privadas, laicas o religiosas6 . En cuanto a los métodos de enseñanza para la escuela elemental, en esta primera mitad del siglo América Latina no permaneció al margen de la expansión mundial del método de enseñanza mutua o lancasteriano.
La educación elemental fue ampliándose conforme el Estado fue asumiendo competencias atribuidas anteriormente a los municipios no sólo en lo referente a financiación, sino también en múltiples aspectos de la organización y gestión del sistema escolar.
• Aristóteles (384-322 a. C.), fue un filósofo y científico griego, considerado, junto a Platón y Sócrates, como uno de los pensadores más destacados de la antigua filosofía griega y posiblemente el más influyente de toda la filosofía occidental.
El filósofo griego dividía la educación en dos, por un lado estaba la educación moral y por otro la educación intelectual, ambas dos igual de importantes.
Se estableció el sistema escolar en Prusia; en Rusia empezó la educación formal.
Durante el mismo período se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de personas podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas.
Funda su propia escuela en Atenas, el "Liceo" (denominado así por estar situado dentro de un recinto dedicado a Apolo Licio), donde dictaba clases sobre amplios temas a sus discípulos.
Con el objetivo de formar buenos ciudadanos.
Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) a clérigos y educadores para desarrollar una escuela en el palacio.
El más destacado educador fue Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenius.