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FONTS
Cuevas Mungia Luis David
Ibarra Sanchez Javier Alejandro
Rivera Clark Luis Carlos
Equipo 7
Plutarco Elías Calles se comunico con su paisano y le ofreció su apoyo pronto surgió el plan de Agua Prieta, en abril de 1920, desconociendo al presidente Carranza por violentar la soberanía del estado de Sonora. El presidente desconoció al gobernador de Sonora y nombro un jefe militar, la guerra se había declarado.
Estos norteños se la habían jugado en el movimiento armado, unos mas que otros , para cambiar el viejo estilo porfirista de gobernar, entre 1913 y 1917 la figura mas importante de tal grupo era Álvaro Obregón, por haber derrotado a Pancho Villa y porque negocio con el presidente Carranza su lugar para sucederlo en el poder. Sin embargo, ya ocupaba la silla presidencial, don Venustiano no estuvo dispuesto a dejarla tan fácilmente y decidió apoyar a un civil no a un militar para que fuera el representante del poder ejecutivo de la nación.
Entre 1920 y 1934 los presidentes de Mexico fueron 3 Sonorenses de principal importancia en nuestra historia, son recordados y reconocidos como los verdaderos ganadores de la República Mexicana.
Sus nombre son:
Adolfo de la Huerta Alvaro Obregón Plutarco Elias Calles
La rebelión encabezada por los sonorenses estallo y no fue posible contenerla. Carranza pretendió escapar pero fue traicionado y asesinado. Adolfo de la Huerta, como lo asupciaba el plan de Agua Prieta, fue nombrado presidente provisional de México y convoco a elecciones presidenciales. Álvaro Obregón resulto el triunfador y la mayoría de la población civil aplaudió y se sumo a su triunfo, allí se quedaron no todos con su programa político económico hasta 1935 que fue cuando llego Lázaro Cárdenas al poder con un planteamiento distinto a desplazarlos de la dirección del país pues nuevamente los ganadores solo apoyaban a sus seguidores y no a la justicia.
Cuan organizados se encontraban los sonorenses en 1919 para enfrentar al presidente, no es fácil de precisar, pero si es posible referir que los hicieron rápido y bien de a cuerdo con sus intereses. Para ese año ya había una constitución que formalmente reconocía la necesidad de dotar de tierras a los campesinos y De la Huerta, como gobernador, había repartido a los yaquis cierta cantidad al mismo tiempo que buscaba la forma de acuerdos para que no interviniera el Ejercito federal contra ellos. Esa política agraria también era apoyada por otros gobernadores, como en Michoacán, Tabasco y Veracruz, que contaban con un movimiento campesino organizado y no obedecían del todo a Carranza.