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Quien acepta, firma el cuadernillo de Priscila.

La última etapa, consiste en que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre dé el "visto bueno". Acompañadas por Priscila y Adriana, las chicas salen del Icadep y cruzan la avenida para ser llevadas a las oficinas del Comité Directivo del PRI en DF, ubicado en Puente de Alvarado No. 53, en la colonia Buenavista.

Se trata de un edificio de dos plantas y fachada del mismo rojo chillante. En la recepción hay dos mujeres vestidas con ropa negra ajustada, tacones altos y saco con el emblema del PRI bordado del lado derecho. Ellas fueron reclutadas de la misma manera.

Las oficinas de la Presidencia están en el primer piso. El “harén” del líder priista se oculta detrás de un par de cuartos siempre cerrados.

Las novatas llegan hasta ahí. Adriana entra; les instruye “ponerse guapas”. El Jefe está por terminar una reunión y recibirá a las nuevas, una por una. Mientras tanto, las “niñas”, como suelen llamarles, son presentadas con Sandra, el principal enlace con Gutiérrez de la Torre. Ella despacha en una oficina ubicada estratégicamente entre la del priista y los cuartos.

Sandra señala quién es la elegida para tener relaciones sexuales con el Jefe. Delgada, con poco maquillaje y ropa informal Sandra recibe a las candidatas en su oficina, les pregunta si pueden empezar ese mismo día a trabajar, las observa detenidamente.

Entre cuatro paredes desnudas y un espejo colocado detrás de la puerta, las chicas que ya forman parte de la red pasan ocultas la mayor parte del día. No pueden salir de esa área a menos de que lleven mallón o pantalón negro.

Si están de guardia, les dan un timbre inalámbrico que deben tener en la mano. Cuando suena, hay que correr a la oficina de Cuauhtémoc Gutiérrez y preguntarle qué desea. Esa es la instrucción.

Desfilan para entrevistarse con el hijo del rey de la basura, entre ellas la reportera infiltrada. Llevan ropa ligera, la mayoría con escote y vestidos muy cortos, tacones altos, bien maquilladas, sin bolso ni celular.

Cuando entran, el Jefe está sentado detrás de su escritorio. Es un hombre obeso, de ancha espalda y de cabeza pequeña. Un par de Topo Gigos de peluche adornan la entrada al lugar. No se mueve, su baja estatura no se nota.

Saluda con indiferencia pero desnuda con la mirada. En segundos, hace sentir que el primer contacto sexual puede ser ese mismo día.

Pregunta: ¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?

“Gracias mija, pasa con Sandra”, se despide.

Afuera, la reportera observa cómo una chica de nuevo ingreso es llamada por la coordinadora. Pasa con el Jefe. Se demora 12 minutos. Cuando regresa tiene los labios despintados. La joven se deja caer como un bulto sobre el sillón. Está pálida y se lleva las manos a la cabeza con desagrado. Pasó la prueba. Ingreso a la red de prostitución.

Las chicas no se conocen entre sí. Algunas de ellas llegan porque alguna amiga les informó dónde pueden conseguir trabajo. 15 minutos después llega Adriana, una de las reclutadoras. “Por aquí”, les dice.

En una libreta, Adriana anota los datos de las chicas, entre ellos,

talla y peso. Al líder priista, no le gustan con sobrepeso.

Puente de Alvarado 53

Priscila revela un detalle: al jefe -advierte- no le gustan las niñas “del otro bando”:

Sin saber que está frente a una reportera, Priscila le advierte que ese mismo día puede tener su primer encuentro sexual con el líder priista.

Las elegidas esperan a otra coordinadora quien las entrevistará por separado. Se trata de Priscila, una mujer bajita, de cabello largo, oscuro y maquillaje recargado

Aunque las reclutadoras nunca revela sus apellidos, en realidad se trata de Claudia Priscila Martínez González quien está registrada en la nómina del PRI DF con el puesto de Auxiliar Administrativo y su sueldo es de 11 mil 282 pesos.

Si aceptan sumarse a esta red de prostitución, las jóvenes "causan alta" en la nómina del PRI- DF como secretarias o recepcionistas, con un sueldo de $11,000 mensuales libres.

Puente de Alvarado 60

Esta, la primera entrevista, se realiza en un viejo edificio pintado de rojo chillante. El logotipo del tricolor cuelga del último piso. Una enorme puerta de madera, abierta de par en par, es la entrada a una fría cueva. Se trata del "Instituto de Capacitación y Desarrollo Político AC", del PRI.

Las reclutadas

La reportera infiltrada de Noticias MVS, cuya voz fue distorsionada, marcó a los números que aparecen en el anuncio.

Adriana, una de las tres reclutadoras, la citó en las oficinas del PRI-DF.

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