Existen tres áreas principales en las que Cáritas puede ayudar a reducir los daños causados por una situación de emergencia antes de que ocurra:
Prevención
Mitigación
Preparación
Actividad (Ej: capacitación de de agentes comunitarios y coordinación con actores locales.
Indicadores que muestran vulnerabilidad y pobreza en aumento tales como: inflación, disponibilidad reducida de recursos claves, (agua, alimentos, energía), cambios en patrones laborales (ej. migración por trabajo); cambios en los índices de empleo, etc.
Tasas de incidencia de las principales enfermedades de salud pública (enfermedades virales: respiratorias, gástricas, etc.), priorizando a niños/as, adultos mayores, portadores de enfermedades crónicas.
Alerta temprana: monitoreo de las probabilidades de situaciones de emergencia.
Planes de preparación simples basados en los escenarios más probables.
Establecimiento de recursos de contingencia tales como alimentos, medicinas, ropa, etc.
Recursos (Ej: viáticos para voluntarios, salones para alojar personas)
Resultado (Ej: X número de instituciones involucradas en el proceso, X numero de personas atendidas)
Meta/Cambio a largo plazo (Ej.: disminuir la vulnerabilidad social de las personas afectadas y de la comunidad en general)
Propósito/Cambio planeado (Ej: 100% de la población damnificada y una red institucional y comunitaria estén actuando activamente)
Establecer buenos sistemas de organización (gestión, recursos financieros y humanos) a nivel nacional y diocesana.
Acuerdos establecidos por anticipado sobre los mecanismos para cooperación y coordinación entre la Iglesia local, la Pastoral Social afectadas y Cáritas Nacionala.
Implementar sistemas simples de alerta temprana y medidas básicas de preparación.
Tener conocimiento de los recursos y fortalezas locales y nacionales para estos casos.
• La naturaleza de la emergencia
• Cuándo y dónde ocurrió
• Número de personas afectadas
• Cualquier información sobre el tipo de destrucción o impacto de la emergencia
• Probables amenazas inmediatas a la vida
• Cualquier información sobre lo que la Iglesia, otras agencias humanitarias y el gobierno están haciendo
• ¿Sugiere la información que el apoyo local (comunidad y/o gobierno e iglesia) es suficiente para la respuesta?
• ¿Está el gobierno llamando por ayuda y/o iniciando un estado de emergencia?
• ¿De qué tipo de respuesta Cáritas Nacional y la diócesis son capaces?
• Decidir sobre la necesidad de iniciar una evaluación
• Clarificar la capacidad de la Pastoral Diocesana de responder en el momento y cómo a la situación de emergencia (tipo de cobertura)
• Decidir si se activa el llamado con la participación del Equipo de Apoyo
• Establecer el grupo de trabajo (Pastoral Social Diocesana + Equipo de Apoyo)
• El equipo de apoyo redactará un informe de evaluación (rápido, breve, conciso).
Se define como una situación en la que se registran la pérdida o la amenaza real de vidas humanas, un aumento de la vulnerabilidad, con sufrimientos y aflicción de la población damnificada, daños materiales, incluyendo daños al medio ambiente.
• Las principales fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA) a la vida y dignidad
• Lista de recomendaciones para una respuesta de la Pastoral Social/Cáritas Diocesana
• Fundamentar la posible intervención o no.
• Cómo la respuesta de la Pastoral Social/Cáritas Diocesana es coherente con la repuesta humanitaria general y con las necesidades de la población afectada.
• Antecedentes de la emergencia
• Objetivos de la evaluación
• Análisis Contextual: contexto político y social relevante (causas subyacentes, economía, conflicto); aspectos particulares sociales, culturales, de género; la situación de seguridad
• Evaluación General: características generales; capacidades y bienes con que se dispone.
• Evaluaciones de los temas (ej.: salud, nutrición, etc.)