Fiestas del Pilar
Las Fiestas del Pilar comenzaron a celebrarse en Zaragoza a principios del siglo XIX, en los primeros años los festejos se basaban en actos religiosos como misas solemnes, sermones, predicaciones, procesiones y rosarios populares. A ellos se sumaban corridas de toros, imprescindibles en cualquier fiesta en nuestro país, cabalgatas diversas y un elemento que ha sido habitual en las Fiestas del Pilar desde hace muchas décadas, la comparsa de Gigantes y Cabezudos. Sabemos que ya en 1659 se consideraba tradicional en la ciudad de Zaragoza la presencia de una comparsa, perfectamente definida, de gigantes y cabezudos que precedía anualmente a la procesión del Corpus.
De las primeras fiestas de las que se tiene noticia son las que se celebraron de 12 al 20 de octubre de 1723, en aquella lejana fecha hubo procesión general el día del Pilar, toros de ronda, pasacalles populares y una gran corrida de toros. Este esquema se mantuvo invariable hasta comienzos del siglo XIX. El primer avance significativo tuvo lugar concretamente en 1807, cuando se concedió a la festividad de la Virgen del Pilar la categoría de fiesta religiosa obligatoria, lo que favoreció la extensión del culto a la patrona de Aragón.
Otro hito importante se marcó en las fiestas de 1894, desde aquel momento se lleva celebrando el Certamen Oficial de Jota, un concurso del que han salido las más prestigiosas figuras de la jota aragonesa en estos 110 años que se lleva celebrando.
Las fiestas siguen sin grandes cambios a lo largo de los inicios del siglo XX, en las primeras tres décadas de la centuria se fueron agregando a los programas de fiestas diferentes pruebas deportivas y desfiles alegóricos como el celebrado en 1934 en el trazado del Canal Imperial de Aragón. Tras la Guerra Civil, en la que como es lógico no había lugar para fiestas, y los terribles tiempos de la posguerra, las Fiestas del Pilar fueron incorporando elementos que se han consolidado como parte imprescindible de los festejos mayores de la capital aragonesa.
De aquellos años son dos aportaciones que se han convertido en festejos de una tremenda popularidad, la Ofrenda de Flores y la Ofrenda de Frutos. El acto más multitudinario del Pilar, la Ofrenda de Flores, se celebra cada 12 de octubre desde 1958. Este acto se comenzó a celebrar cuando una representación del Ayuntamiento de Zaragoza trajo desde Valencia la costumbre de depositar flores a los pies de la patrona de la ciudad.
Seis años más tarde, en 1964, se empezó a realizar la Ofrenda de Frutos, un acto en el que cada mediodía del 13 de octubre las Casas Regionales afincadas en Zaragoza presentan los mejores frutos de la tierra a la Virgen del Pilar.
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M. Mar de Alava Polo