El diccionario la define como “Estado de ánimo del que disfruta de lo que desea”
Para nosotros, la felicidad es estar en un punto donde crees que nada es malo, que tenés todo lo que querés, lo que necesitás, y entendemos que esto no se logra teniendo el celular más nuevo, la mejor computadora, o tener la “última moda”. La felicidad pasa por otro lado, por el lado de tener amigos, pasar tiempo con ellos, estar bien con tu familia. Igual cada uno tiene su concepto, o sabe que “lo hace feliz”.
Para la iglesia, la felicidad solo se logra en la unión con Dios, y no es posible ser feliz sin esta “comunión”.
Para la filosofía occidental, ser feliz es auto realizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano, igual postura que tiene Aristóteles.
Para las escuelas filosóficas, defienden la felicidad como adecuación de la voluntad humana a la realidad.
Para nosotros, la felicidad depende de uno mismo, de lo “fuerte” que uno es, de lo valiente, lo capaz, lo inteligente, etc.
Tiresias.-(Laertiada, del linaje de Zeus! (Odiseo, fecundo en ardides! )Por qué, oh infeliz, has dejado la luz del sol y vienes a ver a los muertos y esta región desapacible? Apártate del hoyo y retira la aguda espada, para que, bebiendo sangre, te revele la verdad de lo que quieras.
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestralle, me pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciéndole cómo era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, había muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano. Él respondió que así lo haría y que me recibía, no por mozo, sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo.
Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó irse de allí; y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y, ambos llorando, me dio su bendición y dijo:
-Hijo, ya sé que no te veré más. Procura de ser bueno, y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he puesto; válete por ti.
Nada más; y decir así que con un sueño
damos fin a las llagas del corazón
y a todos los males, herencia de la carne,
y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir,
dormir… ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño
de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán
cuando despojados de ataduras mortales
encontremos la paz? He ahí la razón
por la que tan longeva llega a ser la desgracia.
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.
He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz.
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
Gabriel García Márquez (1927-?) Escritor colombiano.