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La palabra biometría proviene del griego “bio” (vida) y “metron” (medida) y “se refiere a todas aquellas técnicas que permiten identificar y autenticar a las
personas a través de sus características fisiológicas y de comportamiento”
El término biometría forense, no ha sido conceptualizado de una manera concreta, esto, debido a que es más práctico usar su generalidad, que enfocarse a un determinado campo de aplicación.
Se refiere a la aplicación estadística, mediante el uso de métodos automáticos para la determinación de las características cuantitativas físicas y conductuales que sirvan de identificación, autenticando huellas dactilares, reconocimiento de voces, estableciendo parámetros de firmas-escrituras manuscritas, así como examinando evidencias en reconocimientos faciales, garantizando los informes periciales mediante una completa y exhaustiva formación en criminología, así como en las especialidades de criminalística, fotografía judicial y ciencias policiales.
La biometría establece una relación entre una persona y un determinado patrón asociado a ella de forma segura e intransferible, en razón de características morfológicas y conductuales.
Algunas de las principales características morfológicas que hacen única a una persona y permiten diferenciarla de otra, se encuentran: la forma de la cara, la geometría de partes de nuestro cuerpo (como las manos, nuestros ojos y tal vez la mas conocida, la huella digital), que son algunos rasgos que permiten diferenciar a un humano del resto.
Por su parte, entre las características del comportamiento humano, que se utilizan en los sistemas relativos a la biometría, se encuentran: la realización de la firma, el análisis de la voz, la dinámica del teclado, etcétera.
Doctrinalmente se ha establecido que “existen dos tipos de biometría, la estática (se encarga de estudiar la fisiología) y la dinámica (estudia el comportamiento)”
La biométrica estática se basa en la identificación según la anatomía del individuo, algunas técnicas de es tipo son: las huellas digitales, la geometría de la mano, la termografía, el análisis del iris o de la retina, el reconocimiento facial o de la mano, entre otros.
Por su parte, la biometría dinámica atiende a la forma en que el individuo se comporta, o a su dinámica de actividad, es decir, se encarga de estudiar el comportamiento humano a través de algún patrón de voz, firma manuscrita, dinámica de tecleo, análisis gestual, forma de caminar, ondas cerebrales, entre otras cuestiones.
En la actualidad, el interés en la implementación de sistemas biométricos encaminados a la identificación ha ido en aumento. Por tanto, los datos biométricos constituyen información referente a las medidas y características tanto conductuales como morfológicas de los seres vivos a través de técnicas manuales o automatizadas.
Los sistemas biométricos “son sistemas automatizados de identificación y verificación de un individuo, en donde solo se analizan determinados patrones biométricos que no pueden ser alterados, manipulados, falsificados o robados para recrear información personal o acceder a la información de otros”
En la biometría hay tres términos de uso muy frecuente que son reconocimiento, verificación e identificación, los cuales a simple vista parecen ser muy similares, pero en realidad tienen significados muy diferentes.
Todos los sistemas biométricos realizan reconocimiento para “distinguir de nuevo” una persona que se ha ingresado previamente al sistema.
La verificación es la tarea de los sistemas biométricos que busca confirmar la identidad de un individuo que la reclama comprobando una muestra biométrica con la plantilla biométrica previamente ingresada al sistema.
Por si parte la identificación es una tarea donde los sistemas biométricos buscan determinar la identidad de un individuo. El dato biométrico es tomado y comparado contra las plantillas en la base datos, la identificación puede ser cerrada (si se sabe que la persona existe en la base de datos) o abierta (si no se sabe con certeza si la persona existe en la base de datos).
El objetivo de estos sistemas constituye algo fundamental que se debe considerar para el desarrollo de los mismos. Es decir, es necesario determinar si el sistema biométrico va a ser utilizado para identificar, reconocer o verificar, pues al ser actividades totalmente diferentes, algunas características fisiológicas y conductuales suelen ser más apropiadas para la identificación y otras son mejor para la verificación o el reconocimiento.
Las técnicas más conocidas incluyen el reconocimiento de las huellas digitales, facial, del iris, de la palma y el reconocimiento basado en el ADN. Las investigaciones actuales están abriendo el camino para nuevos tipos de datos biométricos, como la forma de la oreja o la termografía facial. Las técnicas y métodos biométricos se clasifican de acuerdo al estudio de las características fisiológicas o conductuales del ser humano.
Las principales técnicas y métodos biométricos de este tipo, tienen por objeto: las huellas digitales, el rostro, la geometría de las manos, el iris o la retina, la geometría de la oreja, el ADN, etcétera.
Las principales técnicas y métodos biométricos de este tipo, tienen por objeto: los patrones voz, la firma, la dinámica de tecleo, entre otras.
“La biometría ofrece una amplia gama de técnicas y métodos pueden ser utilizados en diferentes áreas, entre ellas, la identificación forense”
Biometría
Aunque los estudios biométricos no son perfectos, sí son una herramienta muy poderosa para identificar personas. De todos los sistemas de identificación biométrica existentes, la identificación biométrica por medio de huellas digitales, es la que tiene un mayor grado de seguridad, debido a que nadie podría sustraer, copiar o reproducir los elementos usados en ella, ya que son elementos inherentes a su portador, sin embargo, puede estar sujeta a algunos errores.
En la identificación y reconocimiento biométricos, las bases de datos criminales tienen un papel muy importante, pues estas bases de datos permiten la colaboración entre diversas instituciones de seguridad pública, para la identificación y reconocimiento de personas relacionadas con hechos delictivos, lo cual implica la eficacia de estos datos (huellas dactilares, reconocimiento facial, reconocimiento de voz, entre otras) en la administración de justicia.